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sábado, 16 de mayo de 2009

iracundia y rencores, odios y complejos en la ruta de evo al pode total
El Deber de SC se ocupa editorialmente del tema

No es posible negar los avances que se apunta el Gobierno en su ruta hacia el poder político total, objetivo principal al cual ajusta todas sus acciones estratégicas, razón por la cual la gestión económica marcha virtualmente al garete. Logró imponer, en primer lugar, su tan cuestionada Constitución Política del Estado en una consulta ciudadana con resultados cuya autenticidad pusieron en duda un Padrón Electoral que muchos analistas, con pruebas en la mano, demostraron que es la causa principal de una serie de fraudes electorales.Le dio exitoso resultado, después, su esquema de liquidación del poder regional que en Pando le hacía fuerte oposición. Combinando fórmulas de provocación al adversario y de infiltración en sus filas, se hizo de los fundamentos necesarios para dictar el estado de sitio en ese jirón patrio, ‘apresar’ (en realidad fueron violentos secuestros) a sus más connotados oponentes y ponerlos entre rejas, después, violando la normativa sobre jurisdicción territorial de jueces y fiscales, en ese ‘campo de concentración’ de enjuiciados en que se ha convertido ya el distrito judicial de La Paz. Arremetería más tarde contra Santa Cruz, tras acusar a nuestra región de ser poco menos que el epicentro de un movimiento ‘terrorista’ que buscaba eliminar físicamente al jefe del Estado. Ahora está bien claro que había sido meticulosamente infiltrado el grupo de extraños sujetos al que se vincula al plan. Lo más desconcertante es la forma displicente con que estos tipos se dejaron filmar con armas en la mano y toda una sonrisa de satisfacción en el rostro. Lo cierto es que este aún oscuro episodio le cayó al Gobierno como anillo al dedo para arrinconar al movimiento cívico cruceño, desarticularlo y reducir su capacidad organizativa y de reacción a la mínima expresión. Ayudó a ello el terror que ahora hace presa de sus dirigentes y de muchos sectores de la población. Por último, el Ejecutivo instaló tropas militares en una región del departamento, a título de luchar contra el crimen y el narcotráfico, aunque está bien claro que la finalidad real es la de aplastar cualquier reacción de protesta, tal como lo hizo en Pando.El terror y la intimidación se apoderan igualmente de los cuadros de dirección de los movimientos cívicos de Beni, Chuquisaca y Tarija. No contradice esta realidad, la circunstancia de que algunos de esos líderes acrediten valentía y firmeza en sus declaraciones públicas. En definitiva, la denominada ‘media luna’ se halla al borde del desbande, aunque está por verse todavía si en Sucre logra articularse en un frente político de oposición.Poco a poco, el Gobierno se hace del control del Poder Judicial, tras convertir al Tribunal Constitucional en una suerte de florero institucional, igual que el Consejo de la Judicatura; liquidar todas las superintendencias, apoderarse de la Contraloría General de la República y rebajar a toda la administración pública y empresas estatales (con YPFB a la cabeza) a la simple condición de botín político-burocrático para la militancia masista. Lo detestable es que tan censurable marcha hacia la hegemonía política total transcurra en medio de atentados a los derechos humanos de ciertos opositores y de otros que se atreven a cuestionar la gestión de Evo Morales. El caso del dirigente indígena Marcial Fabricano conmovió a toda la población del país, menos a los defensores de los derechos humanos. Turbas masistas le infirieron varias ‘arrobas’ de latigazos en castigo por no alinearse con el oficialismo, hasta dejarlo totalmente exánime. Pero cuanto más avance en tal camino tanto mayor será el riesgo que confronte el Gobierno al llegar a destino, e inclusive antes. Porque, a su paso, deja escombros hechos de rabia contenida y descalificación, signos premonitorios de progresivo y letal desgaste de imagen y aceptación políticas.

martes, 12 de mayo de 2009

"El Milagro Boliviano"
Gonzalo J. S. Quiroga Soria, PhD. (*) en Correo del Sur
¿Quién confía en las cifras oficiales del "Gobierno de cambio"? Es probable que ni siquiera los voceros gubernativos que las publican… si es que las publican. Y es que en materia económica el dominio del embuste del MAS no tiene par. Cualquiera de las incontables intervenciones de Morales o García Linera termina convirtiéndose en un tributo al falseamiento de la realidad.
La crisis económica boliviana es muy particular. Se siente, pero no aparece en las estadísticas oficiales, en las cuales el desempleo y la inflación bajan. Tanto el ministerio de Economía y Finanzas como el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informan periódicamente -muy sonrientes sus altos funcionarios- de la proeza de la "Revolución del cambio", pues mientras el mundo entero sufre los impactos de la crisis del capitalismo mundial -desempleo, quiebra de empresas, disminución del Producto Interno Bruto (PIB), falta de créditos y encogimiento de los sistemas financieros-, Bolivia es algo así como la "cornucopia" o "cuerno de la abundancia" del planeta; y Morales y sus ministros, los principales vendedores de esa imagen.
Ese "milagro boliviano" -distinto a los alemán y japonés de la posguerra; y al chino o al hindú, de hoy- tiene rasgos muy originales que no están en las computadoras oficiales, pero sí en el pellejo de ciudadanos y ciudadanas: "todo está más caro", se queja la gente; los dólares no fluyen; la escasez alimentos ya comienza otra vez a estar de la mano con la especulación y la usura; no se consiguen repuestos de vehículos automotores; suben los precios de las medicinas, No hay seguros de salud que puedan soportar las necesidades de hospitalización cirugía y maternidad; la mayoría de los hospitales públicos están en el suelo y el sistema ambulatorio muestra sus limitaciones e incompetencias; el empleo bien remunerado y con estabilidad y beneficios de seguridad social son escasos, mientras la iniciativa privada de empresarios e inversionistas es estigmatizada constantemente y asfixiada de mil maneras; la mayoría de los organismos públicos están en mora con sus proveedores de bienes y servicios, y se niegan a discutir la contratación colectiva con sus trabajadores, a quienes -de paso- desconocen derechos adquiridos y compromisos contractuales.
Este "milagro boliviano" tiene otras peculiaridades: la corrupción administrativa, el lavado de dinero, la extorsión, el juego ilegal (bingos y casinos, entre muchos otros) y el tráfico de drogas, entre otros delitos mafiosos concurrentes, mueven montañas de dinero al amparo de las autoridades (Poderes Ejecutivo, Judicial, Legislativo y Ciudadano), tanto por incompetencia como por complicidad, siendo que muchas veces los capos son altos funcionarios del Estado, incluyendo algunos ministros, militares y burócratas de empresas e institutos oficiales.
La crisis económica boliviana "no se ve" en las cifras oficiales, pero la siente el grueso de la población. Nada está bien, los sueldos y salarios de la gente honesta y trabajadora, cada día alcanzan para menos. Sólo los pocos ricos de siempre y los burócratas enriquecidos de la revolución viven a sus anchas, tienen billete y gastan a manos llenas mientras estamos presenciando una escalada que busca paralizar las capacidades de los ciudadanos y de las instituciones, restringiendo, de poco a poco la capacidad de pensar, de razonar, de disentir, de opinar. Los "masiosos" están en lo suyo pensando que sólo de sueños vive la Nación.
(*) Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales.

lunes, 11 de mayo de 2009

el "qué viva la pepa" de Evo Morales. La Nación (Carlos Escudé)

Nota del editor. El autor Sr. Escudé desconoce que la CPE fue votada en medio de un escandaloso y bien documentado fraude que está siendo ampliamente cuestionado primero y segundo que la información sobre los guaraníes ha dejado de estar actualizada como lo proclamaron periodistas que recorrieron la zona y no pudieron comprobar las afirmaciones de los masistas)

La popular aclamación con que los liberales españoles proclamaban su adhesión entusiasta a la Constitución de Cádiz de 1812, llamada "la Pepa" porque había sido promulgada en la festividad de San José, se ha convertido en símbolo de la ambigua legitimidad de las reformas constitucionales en tiempos de crisis.
Para los espíritus menos liberales, aquel "¡viva la Constitución!" no era un llamado al orden, sino a la anarquía, y ése es el paradójico sentido con que el noble vítor es recordado en nuestros tiempos.
Un reciente viaje académico me ha permitido comprobar que en la Bolivia de Evo Morales ambas interpretaciones de la recordada consigna tienen plena vigencia. Para el oficialismo, la Carta Magna aprobada en enero de este año por el 61% del voto popular representa un justiciero intento de reparar las consecuencias del medio milenio de iniquidades sufridas por los pueblos originarios. En cambio, para los opositores al nuevo régimen la nueva Constitución es un "viva la Pepa" en el sentido más peyorativo.
Más allá de quién tenga razón, convertir en letra viva el contenido de la ingeniosa normativa será uno de los mayores desafíos políticos de la historia humana. Su mismo punto de partida refleja la dificultad. El artículo 1 define a Bolivia un "Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario". El artículo 5 establece que los idiomas oficiales son el castellano más otras treinta y seis lenguas indígenas, algunas de las cuales representan a un número muy pequeño de ciudadanos. Vayan de muestra los idiomas oficiales que comienzan con la letra "m": machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén y movima.
Como si con eso no alcanzara, los artículos 1 y 178 establecen el principio de "pluralismo jurídico". Esto significa que "la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción indígena-originario-campesina gozarán de igual jerarquía" (artículo 179), y pone el derecho consuetudinario indígena en un pie de igualdad con el derecho positivo del Estado boliviano. Pero, a diferencia de Inglaterra y su common law , no hay uno sino múltiples derechos consuetudinarios de los pueblos originarios bolivianos: por lo menos, uno por cada una de las siete circunscripciones indígena-originario-campesinas establecidas por la ley electoral transitoria promulgada el 14 de abril.
Por otra parte, de estos códigos ancestrales no escritos se desprenden algunas penas violatorias de derechos humanos, como el linchamiento e incluso la crucifixión. De acuerdo con el informe de 2008 de la reputada organización Human Rights Foundation, durante el último lustro se registraron una cincuentena de linchamientos, cuyos perpetradores invocaron leyes antiguas. Entre ellos está el caso del alcalde de Ayo Ayo, Benjamín Altamirano, que en 2004 fue golpeado, apedreado, colgado y quemado vivo por acusaciones de corrupción nunca comprobadas.
Aunque el artículo 15 de la Constitución prohíbe la tortura y los tratos degradantes, y agrega que no existe la pena de muerte, en los hechos los linchamientos no se reprimen. Y aunque Morales no se ha pronunciado a favor de estos suplicios, él y otros miembros de su gobierno han declarado que los latigazos son una forma tradicional de castigo a la que debe acudirse por su valor simbólico.
Su punto de vista encuentra sustento parcial en el artículo 30, que establece que las naciones y pueblos indígena-originario-campesinos gozan del derecho "al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos acorde con su cosmovisión", y en el 190, que reitera que dichas naciones "ejercerán sus funciones [...] a través de sus autoridades, y aplicarán sus principios, valores culturales, normas y procedimientos propios".
Nos encontramos ante una rara paradoja: una normativa que institucionaliza la anomia. Esta se acentúa en artículos como el 11, que explicita: "La democracia se ejerce de las siguientes formas [...]: directa y participativa [...]; representativa [...], y comunitaria, por medio de la elección, designación o nominación de autoridades y representantes por normas y procedimientos propios de las naciones y pueblos indígena-originario-campesinos, entre otros, conforme a la ley". En otras palabras, casi todo vale o puede valer.
Es interesante el contraste con el artículo 22 de la Constitución Argentina, según parece en desuso, que establece: "El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades". Nuestra norma es violada todos los días por quienes creen ejercer su derecho a la protesta. En contraste, la Constitución Boliviana, más evolucionada desde una óptica populista, establece entre sus "garantías" la "acción popular", análoga a la acción de amparo constitucional. El artículo 135 establece que ésta procederá "contra todo acto u omisión de las autoridades o de personas individuales o colectivas que violen o amenacen derechos e intereses colectivos". Y el 136 dicta que la acción popular podrá interponerse durante el tiempo que subsista la vulneración o amenaza, y agrega que para ello "no será necesario agotar la vía judicial o administrativa".
Estas lindezas están complementadas por el artículo 23, que establece: "Toda persona que sea encontrada en delito flagrante podrá ser aprehendida por cualquier otra persona, aun sin mandamiento".
Con estas invitaciones a la anarquía, parece dudoso que sea posible mantener el orden en el Estado boliviano. Pero antes de pronunciar un anatema contra el régimen indigenista, es imperativo reconocer que el objetivo de los constituyentes ha sido revertir las injusticias aberrantes cometidas contra los pueblos originarios desde la conquista española.
Todo parece indicar que estas infamias del pasado se proyectan en el presente. El último Informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), publicado el 9 de marzo, informa que el organismo "constató que una numerosa cantidad de guaraníes continúa sometida a servidumbre y otras formas contemporáneas de esclavitud".
Uno de los casos aberrantes identificados por el Acnudh incluye a veinte comunidades que habitan en Alto Parapetí, departamento de Santa Cruz, donde "la situación empeoró por la resistencia de los hacendados y opositores locales a los intentos del gobierno de poner fin a las condiciones degradantes de vida y de trabajo. [...] Estas familias reciben su salario en ropa y comida, y terminan endeudadas con sus empleadores por los bienes que reciben. A menudo, esta deuda termina siendo permanente y puede transmitirse hereditariamente. [...] Los guaraníes que viven en condiciones de servidumbre no tienen acceso a la propiedad privada ni colectiva".
Estos datos se corroboran con los de la OIT, que en 2003 estimó que había 21.000 guaraníes sometidos a trabajos forzados en la industria azucarera de Santa Cruz. En tales circunstancias, a ningún conocedor le sorprende la reacción extrema de Morales y de sus constituyentes. Algunos funcionarios internacionales comparan a Evo con Robespierre.
Pero el loable intento de reparación puede acercarles a una catástrofe humana sin precedentes en nuestro subcontinente. El romanticismo jurídico en que ha desembocado el indigenismo boliviano equivale a la institucionalización de la consigna del mayo francés del 68: la imaginación al poder. Se expresa líricamente en el delicioso y afamado artículo 8 de la nueva Constitución, que establece que "el Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla , ama llulla , ama suwa [no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón]".
¿Qué viva la Constitución?
Hay quienes se sienten tentados a decir, ¡pues sí! ¡Qué viva la Pepa!
El fraude del 25 de enero que impuso la CPE

Jimmy Ortiz Saucedo en La Razón.


Nada queda oculto eternamente. Todo se llega a saber. Lo que un día se susurra en la oscuridad, otro día se gritará en la luz. Esto es lo que está pasando con la Constitución masista, dizque “aprobada” por el referéndum del 25-01-09, cuando la participación ciudadana llegó al 90,3%. La más alta de la vida democrática del país. Lo que se sospechaba en un principio, hoy es incuestionable.
Primero fueron fuentes bien informadas que nos alertaron, tiempo antes del evento, lo que venía sucediendo: el peligro de la carnetización venezolana. Que necesitaban llegar como sea al 60%, para legitimarse internacionalmente. Que el fraude se concentraría en occidente. Que ya en el referéndum revocatorio el fraude había alcanzado el 20% y que en éste pretendían llegar al 30%. Queda claro que el poder lo justifica todo, hasta vender su alma al diablo. La voluntad popular les interesa un pito. La democracia es sólo una máscara.
Después de consumado el hecho fue Luis Pedraza quien, en un fantástico trabajo de geografía electoral, nos mostro las primeras pruebas matemáticas de lo que él llama “La Ingeniería del Fraude”. Participación plena, voto cantado, voto colectivo, clonación de cédulas, voto carretilla y el voto múltiple.
Luego Carlos Valverde nos mostro: a los Highlander del padrón, los homónimos perfectos, los carnets duplicados, el Padrón Electoral inflado, mesas con mínimos inscritos, inscritos con libreta militar y los fallecidos ilustres que siguen en padrón (Víctor Paz Estenssoro y Juan Lechín Oquendo).
Pero la cereza de la torta no las dio José Luis Exeni, el “ecuánime” presidente de la Corte Nacional Electoral (CNE), cuando después de afirmar reiteradas veces que teníamos un padrón de lujo, terminó reconociendo ante los congresistas (8-04-09) que el 30% del Padrón Electoral está contaminado. Contundencia que obligó a los beneficiarios del fraude a cambiar de táctica.
¿30%? Este número me hizo volver al principio del análisis. A las fuentes bien informadas que nos alertaron del fraude. Si el fraude antes era cualitativo, con esta cifra el fraude se tornó cuantitativo.
En buen romance, Morales perdió el referéndum por su Constitución. El que gano fue el fraude. Ahora me explico las facciones de S.E. cuando informaba su triunfo desde los balcones de Palacio. Se olvidó decirle a su cara que estaba alegre.
La tecnología chavista del fraude garantiza el poder al MAS. Por eso la huelga de hambre de Morales para mantener el Padrón Electoral contaminado y los votos de los bolivianos en el exterior. Por eso la pantomima de cerrar el Congreso y las renuncias truchas de sus parlamentarios. Este evento los obligó a pelar capucha y mostrar su verdadero rostro.
El desgaste político de Morales hace que el fraude interno ya no alcance. Está al tope de su “capacidad instalada”. Por eso el voto del exterior es vital.
*Jimmy Ortiz Saucedo es ingeniero agrónomo.
no se da cuenta el originario que el culpable de la situación es él mismo.
no ayuda descargar su mal humor en funcionarios subalternos.
debería cambiar de actitud. no lo hará porque...

"maña y figura hasta la sepultura"

Se conoce que el Presidente Morales está muy molesto con la falta de credibilidad que generan los operativos y las acciones que su equipo de ministros plantea para supuestamente llevarlo en hombros y de la manera más rápida posible a la cima del poder.
Se comenta también que debido a que las acciones que genera el gobierno tienen cada vez menos receptividad y credibilidad en la población el Presidente se muestra malhumorado e incluso maltrata a algunos de sus dilectos colaboradores, a cuenta de que todo les está saliendo tan mal, que el caso de terrorismo del Hotel Las Américas amenaza con convertirse en una pésima serie policial, tan mala que cada nuevo capítulo resulta peor que el anterior. Puede que este haya sido el motivo para que finalmente los haya mandado parar el guión y por el que hizo callar al fiscal, callar al testigo estrella, callar al vocero y callar a todos hasta nuevo aviso.
En realidad el asunto que el Presidente reclama a sus ministros es tan simple como el acertijo que le hacía la esfinge de Tebas a los que querían entrar para convertirse rápidamente en reyes. Si recordamos la esfinge les preguntaba algo como ¿Cuál es el animal que camina en cuatro patas, luego en dos y termina en tres patas? Bueno, una tontera como esta no la alcanzaron a responder muchos de los candidatos a reyes, salvo Edipo que dijo con prestancia “El hombre”, en sus tres etapas, y pasó a vivir la tragedia de convertirse en poderoso para terminar ciego y envilecido, después de descubrir que para ser rey tuvo que cohabitar con su madre en relación incestuosa.
Pero las historias que salen mal no son sólo fruto de malos operadores, y eso el Presidente no quiere creer, pues no se da cuenta que son sobre todo fruto de malas acciones, de acciones que no están encuadradas en la ley, en los principios, en los valores y sobre todo en el respeto a los seres humanos.
Estaba escrito que Edipo contestaría el tonto acertijo y llegaría al poder, estaba escrito que sólo él pasaría desafiando a la Esfinge, pero también estaba escrito que sucumbiría en la empresa porque su destino estaba marcado por el rompimiento de los principios, por el hecho vil de haberse apoderado del poder después de matar a su padre.
El presidente no debe cuestionar a los asesores que tiene, debe cuestionarse a sí mismo, porque él los eligió precisamente no como hombres de bien, no como hombres destinados a prestar un servicio público y desinteresado, sino que los eligió para que hagan libretos policiales, y bueno les salen pésimos porque las cosas son armadas sin entrañas, sin corazón, llenas de ambiciones, arañando poder y ganancias que no son lícitas, traficando con la condición de indefensión humana de las victimas que dejan regadas a su paso para agarrar más y más puñados de dólares y de poder, porque para hacer ese trabajo han tenido que salir de la compasión, de la piedad, del deseo de servicio.
Eso es lo que está mal, ya que el Presidente ha puesto a su gobierno como un elefante sobre una telaraña de intrigas, una tela de araña de valores que se están perdiendo, ese fino hilo se les va a cortar en cualquier momento.
Por eso es que no va a funcionar ningún comunicador ni estratega pues las acciones son malas, son humanamente deleznables, son tramas horrorosas que están trayendo mucho sufrimiento a nuestro pueblo y el público como el coro corifeo sabe distinguir entre una buena acción y una mala aunque los operadores se esmeren en maquillarla con miles de efectos especiales y golpes de efecto. Es que los efectos no alcanzan para tapar el gran agujero negro sobre el que pretende sentarse el nuevo rey Edipo. (De Centa Reck en www.ernestojustiniano.org)