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sábado, 20 de noviembre de 2010

antes le llamaron "anticristo", ahora le llaman "antipapa"

El presidente estrenó nuevas “evadas” despachándose nada menos que en contra del Sumo Pontífice. Según Evo, la Iglesia Católica sería “antidemocrática”, “machista” y “poco transparente”, entre otras cosas porque “al Papa lo cambian sólo cuando muere”. Extraña queja, viniendo de un mandatario que ha manifestado su intención de quedarse en el gobierno 50 años, que se perpetúa desde hace décadas como presidente virtualmente vitalicio de los cocaleros del Chapare, y que hace las veces de pupilo de otro jefe de Estado -Hugo Chávez- que busca reelegirse indefinidamente. ¿Le pedirá Evo Morales a Mahmud Ahmadinejad que elijan por voto popular a los ayatolas del Consejo de Guardianes de la Revolución que tiranizan al pueblo iraní? ¿Le dirá otro tanto a los hermanos Castro? ¿Será que los narcoamautas de la nueva religión oficial que el presidente parece estar formando serán elegidos por votación? Las declaraciones del mandatario surgen luego de que la Conferencia Episcopal dijera que el país vive sólo una democracia formal y que expresara su preocupación por el narcotráfico y la inflación. Duras verdades las de los obispos, que sin duda habrán provocado la ira presidencial. Lo que Evo Morales debería saber es que un gobernante que ataca a una confesión está violando el laicismo y amenazando la libertad religiosa. Ayer mismo comentábamos el informe anual sobre libertades religiosas elaborado por el Departamento de Estado norteamericano, donde los principales aliados de Evo, como Venezuela, Cuba e Irán, figuran entre los mayores perseguidores de católicos, evangélicos, judíos y bahai. Por lo visto, el presidente no quiere quedarse atrás de sus socios y está haciendo “méritos” para figurar en el informe. Lo peor de todo es que los ataques contra la Iglesia se den con la bendición del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien se ha declarado “impresionado” por la democracia de Evo. Lo que es impresionante es el nivel de sumisión de Insulza a los designios del bloque chavista…

notishots@gmail.com

jueves, 18 de noviembre de 2010

La legisladora boliviana se entrevistó este miércoles con el Secretariado Ejecutivo de la CIDH, que preside el argentino Santiago Cantón, a quien entregó dos denuncias individuales contra el gobierno de Evo Morales, por la promulgación y el uso de leyes que anulan garantías procesales en los juicios contra el binomio presidencial de su partido, los ex gobernadores Manfred Reyes Villa, exiliado en EEUU, y Leopoldo Fernández, recluido sin sentencia hace 27 meses.

Las normas denunciadas son la llamada "Ley corta del Órgano Judicial y el Ministerio Público", que autoriza al Ejecutivo boliviano a designar autoridades judiciales vulnerando el derecho al debido proceso y juzgadores imparciales, y la denominada "Ley antirracismo", que vulnera el derecho a la información y la libre expresión, restringiendo la labor de la prensa, dijo la legisladora.

La diputada, que está en los EEUU desde el pasado martes, demandó que la justicia interamericana dicte una medida cautelar que el gobierno boliviano estaría obligado a acatar y que suspendería la aplicación de las leyes denunciadas, por violar la presunción de inocencia, la irretroactividad de la ley, el juzgamiento en jurisdicción natural y la prohibición de juzgar en ausencia a personas acogidas a la justicia interamericana.

"Hemos solicitado formalmente al secretario Cantón que se dicte la medida cautelar de no aplicabilidad de las leyes objetadas para que no haya un proceso indebido y se provoque daño irreversible a los derechos humanos de quienes son procesados con estas leyes que permiten que el gobierno controle a jueces y fiscales en el juicio a Leopoldo y que lleve adelante el juzgamiento de Manfred en su ausencia", explicó.

"Del mismo modo, esta medida cautelará el ejercicio del derecho a la información por la prensa, que no podrá ser regulada por la ley mordaza", explicó Piérola, al informar que recibió de la CIDH la queja porque el estado boliviano no paga sus cuotas con esa entidad desde hace más de cinco años, lo que calificó de "vergonzosa negligencia".

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos actúa como tribunal de admisión de causas de la Corte Interamericana de Justicia y es la instancia que debe recibir y admitir las denuncias contra acciones de los estados que violen los derechos humanos y derechos civiles protegidos por el organismo interamericano.

LAS LEYES DENUNCIADAS

Ley Nº 003, o "Ley corta" del Órgano Judicial y Ministerio Público, que habilita al Ejecutivo a nombrar jueces y fiscales de manera interina, violando el derecho a un juzgador imparcial.

Ley Nº 007, Ley modificatoria del Código de Procedimiento Penal, que incorpora al ordenamiento jurídico figuras que violan convenciones protegidas por el sistema interamericano de justicia, al autorizar el juzgamiento retroactivo y el juzgamiento en rebeldía.

Ley Nº 045, o "Ley antirracismo", que penaliza el derecho a la información y a la libre expresión.

martes, 16 de noviembre de 2010


uno de los tres magistrados nombrado a dedo por Evo en febrero pasado es ahora el Presidente de la Corte Suprema de Justicia. ha sido elegido por unanimidad.


El magistrado Jorge von Borries fue elegido este martes Presidente de la Corte Suprema de Justicia, con el desafío de preparar la conformación del nuevo Tribunal resultante de la elección de los nuevos tribunos por voto popular, proceso que, no obstante, todavía no tiene fecha definida.

Von Borries, ministro por el distrito judicial de Santa Cruz, fue elegido con un total de diez votos sobre los once miembros de la Sala Plena, pues el único que no asistió a la votación fue el renunciante Julio Ortiz Linares, quien dejó el cargo la pasada semana.

"Tengan la seguridad de que la labor de la Corte va a ser diferente, para que llegue al pueblo, haya más transparencia y de que se eleve el nivel de credibilidad en la justicia", afirmó von Borries en su primer contacto con los medios.

El flamante presidente del Tribunal dijo que una de sus principales tareas será "terminar el proceso, sanear y preparar las condiciones" para la conformación de la nueva Corte Suprema que tendrá un total de doce magistrados titulares y doce suplentes.

También mencionó que pondrá especial atención en la instalación de la nueva escuela de jueces que tendrá como sede la ciudad de Sucre, tomando como base el Instituto de la Judicatura, y añadió que será parte importante de su gestión la difusión de las nuevas normas insertas en la nueva Constitución.

Dijo, asimismo, que entre sus propósitos está el de reducir la elevada carga procesal, aunque para ello aseguró que se requerirá de mayor trabajo y la dotación de más personal de apoyo "para que el trabajo sea más eficiente".

Consultado sobre algunos cuestionamientos a la independencia del Poder Judicial, Von Borries respondió tajantemente que la justicia en Bolivia "es independiente", aunque aclaró que no estaba dispuesto a someterse a presiones.

"No voy a someterme a ninguna directiva de ningún género que creo que tampoco va a existir, porque el Poder Ejecutivo también es respetuoso de la justicia, y así lo ha demostrado en todo este tiempo que estoy en la Corte Suprema", sostuvo.

Jorge von Borries fue elegido ministro de la Corte Suprema el pasado mes de febrero, junto a otros tres de sus colegas, mediante un decreto del Poder Ejecutivo que de esa manera pudo cubrir varias acefalías vigentes en el principal órgano de la justicia nacional.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Edwin Tapia se ocupa de un tema lacerante.

El caos en el tráfico y el exceso de celulares en Cochabamba

Hay fenómenos tan vastos y contundentes que no pueden ser resultado sólo de la voluntad de alguna persona o grupo egoísta o perverso, sino de ciertas conductas colectivas ciegas y descontroladas. Uno de esos acontecimientos es la avalancha de vehículos y celulares. En ámbito del radio urbano cochabambino, la relación de la cantidad de vehículos con la población es igual que en las ciudades más ricas del mundo, y en lo que respecta a celulares el desequilibrio es el mismo. Podemos decir que hay un automotor para cada seis personas y un celular para cada tres. Si esto sucediera en Nueva York, París, Londres, Moscú o Tokio, quizá sería parte del sistema establecido en cada uno de esos lugares, pero aquí donde el ingreso por habitante no pasa de un mil dólares al año y más del 60% de la población es pobre y el 30% extremadamente pobre, ese fenómeno no sólo es inexplicable, sino destructivo.
La pregunta que se formulan los estudiosos de los fenómenos sociales, se refiere a la causa de tales deformaciones. ¿Lo que sucede actualmente en el mundo y con características más negativas en los países pobres y dependientes, es consecuencia de algún plan deliberadamente establecido por alguna fuerza exclusiva y excluyente? ¿O es parte de la naturaleza humana? Yo creo que fue y es un error básico pensar que el capitalismo es la creación deliberada de algún grupo o clase, ese error ha sido la causa de muchos hechos de distinta dimensión que han costado no sólo ingentes recursos, sino millones de vidas humanas. El capitalismo es una etapa de la historia, más allá de las voluntades segmentarias.
La inteligencia permite a la gente definir aspectos importantes de su destino. Los pueblos pueden elegir el modelo político y económico que adoptarán, también pueden poner en práctica algunas medidas para evitar que las diferencias se profundicen y se tornen violentas. Pero, lo que hasta ahora no han podido modificar, es la causa de su naturaleza competitiva. Hay intentos éticos extraordinarios para suprimir las diferencias y establecer relaciones armónicas y equilibradas entre los pueblos y entre las personas. Lamentablemente, tales intentos no han pasado de ser sólo eso, es decir, buenos deseos. En la práctica, incluyendo la experiencia de la URSS, la individualidad de las personas no logra establecer una relación, entre iguales, con sus semejantes. En última instancia, cada individuo, en la hora decisiva, opta por sus propias necesidades y quizá también por sus propias aspiraciones. Ése es el momento en el que la naturaleza humana, determinada por la finitud de la vida, cumple su función más allá de la cultura o de los enunciados éticos. El hombre todavía no puede superar el nivel de sus proyecciones biológicas, de su instinto de conservación. Todos nos aferramos a la vida, en esa lucha o proyección, la relación con nuestros semejantes tiene sentido sólo en la medida en que sirve para ese fin primigenio.
Desde el principio, la gente adquiere y acumula lo que necesita para satisfacer sus necesidades. En la proyección de esa suprema obligación de existir, todos hacen lo mismo con el límite sólo de sus propias capacidades. Es difícil establecer un orden o un sistema en el que cada uno reciba conforme a sus necesidades y entregue de acuerdo con su capacidad de producir. Siempre habrá alguien que necesite cosas diferentes o en mayor cantidad que los demás, ésta es la causa de las desigualdades que pueden ser más o menos profundas de acuerdo con las condiciones imperantes. En ese afán, mucho de lo que acumula la gente resulta no sólo inútil, sino destructivo. Hay cosas que las personas amontonan sin tomar en cuenta lo esencial de sus propias necesidades. Como ya hemos dicho, las condiciones del tiempo y del lugar en que se vive pueden agrandar, achicar o equilibrar estas tendencias humanas. Es posible moliferar esas desigualdades y asimetrías, pero hasta ahora suprimirlas queda sólo en la proyección del deseo o del postulado ideológico.
Volviendo al tema planteado, inicialmente, la cantidad de automóviles que hay en nuestra ciudad es consecuencia de esa conducta humana. La gente compra automotores, en unos casos, para tener la satisfacción de poseer un aparato de ese nivel tecnológico y, en el otro extremo, como una herramienta de trabajo. A simple vista, ambos propósitos son legítimos, pero falta ver cuán útiles son para los protagonistas y para los demás. En Bolivia, la cantidad de vehículos de servicio público revela un descontrol casi total, con seguridad sus poseedores ni siquiera logran un rendimiento razonable de su inversión. En su balance no toman en cuenta el desgaste, la obsolescencia y el propio trabajo del conductor propietario, sumando esos ítemes es evidente que al final estos inversionistas acaban trabajando gratis y consumiendo poco a poco su ahorro. No hay quién oriente a las personas que tienen cinco o diez mil dólares para una inversión más productiva. En otros países, entidades públicas o privadas inteligentes y con sensibilidad social, ofrecen alternativas medias y pequeñas de inversión. En Cochabamba, hay sectores promisorios como la industrialización de productos agropecuarios, la fabricación de muebles y de ropa, la construcción de viviendas inteligentes y baratas y la producción de medicamentos.
El ahorro interno que hemos transferido a los países ricos con la compra de celulares y automotores descontroladamente, supera los cinco mil millones de dólares, suma con la que podía haberse realizado obras importantes para acelerar el desarrollo y vencer los límites tan bajos de pobreza y atraso. A esta altura lo que está sucediendo preocupa a pocos analistas, los demás creen que es un progreso admirable y digno de ser sostenido. En lo relativo a los vehículos particulares, con seguridad la capacidad instalada ociosa, es mayor al 70%. Hay automóviles que sirven sólo para trasladar a una persona, cuando su capacidad es para cinco o seis. El congestionamiento es terrible; en ciertas horas la ciudad está paralizada con el incremento irracional del costo en dinero, tiempo y esfuerzo. En países más avanzados, esas deformaciones se resuelven con servicios públicos puntuales, limpios y seguros. Lo que falta es una conducta colectiva inteligente.
El capitalismo que no es una creación caprichosa, sino una etapa de la historia, puede servir para avanzar, pero también para retroceder y destruir, depende del comportamiento de gobernantes y gobernados.